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Nota de prensa

TLC con la UE ha mantenido modelo de exportación primaria en Ecuador, Colombia y Perú

Lima, 03 de marzo de 2022.- La Red Peruana por una Globalización con Equidad (RedGE) realizó la mesa redonda “TLC UE: una mirada de los impactos desde la región”, en la que participaron tres organizaciones de la sociedad civil de Ecuador, Colombia y Perú, países que constituyen el bloque comercial que mantiene un Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea (UE).

Las organizaciones Ecuador Decide Mejor Sin TLC, Cedetrabajo (Colombia) y RedGE (Perú) presentaron resultados de sus investigaciones acerca de los resultados adversos que el tratado ha traído para estos países latinoamericanos.  Una de las grandes conclusiones es que estos tres países siguen enmarcados el modelo exportador primario de años anteriores a este TLC. Este y otros hallazgos fueron publicados en tres reportes diferentes, con el apoyo de la Plataforma América Latina Mejor sin TLC y Powershift.

Balanza comercial
La Red Ecuador Decide Mejor sin TLC indicó que, en los últimos tres años -una vez firmado el TLC con la Unión Europea (UE)- su país registró un crecimiento del 9.7% en sus exportaciones hacia la UE. A la par, las exportaciones ecuatorianas al resto del mundo crecieron en un 32% (incluso hacia países con los que no se tienen tratados comerciales). Manuel Castro agregó que lo mismo ocurre para el caso de la UE en estos mismos años: mientras sus importaciones en general crecieron en 18.29%, las que provienen del Ecuador solo lo hicieron en un 9.76%. 
“Con estos datos demostramos al sector que tanto impulsa a los TLC, que en realidad no están ganando o creciendo. Hablan de fluctuación que no tiene que ver mucho con la firma del TLC, sino con mecanismos propios y más grandes del comercio global”, enfatizó.

Por su parte, Cedetrabajo citó que antes del tratado -en 2014- Colombia mostraba un superávit de US$ 160 millones, mientras que en 2019 y 2020 el déficit acumulado superó los US$ 14 mil millones. “Desde el punto de vista comercial, el tratada ha sido un fracaso. En el caso de Colombia no hubo un aumento importante de las exportaciones, pero sí de las importaciones, y significativo”, sostuvo Daza.

En el caso de Perú, RedGE refirió que, si bien la balanza comercial se ha mantenido "positiva", no se muestra el gran éxito de este tratado.

Seguimos siendo primarios
Manuel Castro recordó que una de las promesas más grandes del Gobierno del presidente Rafael Correa, fue el cambio de la matriz productiva que incluiría productos con valor agregado y talento humano, siempre y cuando se ingresara a mercados grandes como el de la UE.

“Cuando se habla de inversión extranjera, esta solo llega a todas las formas de extractivismo, principalmente al agronegocio, petróleo y minería. Quienes también ganan son unos cuantos grandes importadores de artículos de lujo, de consumo no masivo. En ningún caso se ha logrado un cambio significativo”, puntualizó.

En Colombia sucedió algo similar: se prometió que se aumentaría la cantidad y diversidad de exportaciones, pero no ocurrió así. Enrique Daza resaltó que los "nuevos productos" que debieron ir a la UE prácticamente fueron nulos. Por el contrario, Colombia mantuvo la estructura comercial tradicional: exportando materia prima sin mayor elaboración e importando maquinarias, manufacturas y algunos productos básicos desde la UE.

“La matriz exportadora no varió mucho, seguimos exportando café, flores, esmeraldas, carbón, petróleo (y sus derivados) y bananos, productos con poco valor agregado y cuya exportación no depende de los TLC, sino de otras variables”, especificó. 

Daza alertó que, además las materias primas que se exportan desde su país se devalúan y deben competir con otras que llegan a la UE desde otras partes del mundo. “Terminamos compitiendo con el banano africano y el petróleo del medio oriente. Al final, Europa ve quién le vende más barato, con esto la mano de obra colombiana se ve degradada por los bajos precios de venta. Es una competencia asimétrica”, refirió.

A su turno, Ana Romero, reafirmó que el Perú sigue siendo un país primario exportador. En ese sentido comentó que el Estado Peruano destaca el “éxito” de grandes exportaciones en el exterior, en especial las de café, cacao, quinua, arándanos, palta, entre otros; es decir, se realza al sector agroexportador como el caso exitoso de los TLC, sin embargo, no se devela que este implica precariedad laboral, poca libertad sindical, salarios bajos, largas jornadas laborales y contratos temporales que no benefician al trabajador, especialmente al del campo.

¿Desarrollo sostenible en el TLC UE?
Las tres organizaciones coincidieron en que el título XI del TLC, acerca "de Comercio y Desarrollo Sostenible", son totalmente declarativos y no cuentan con mecanismos reales de exigencia de los requisitos laborales y ambientales que los gobiernos deben observar.

“Este título fue otro condicionamiento de los sectores "verdes" de Europa para tratar de proteger su propia producción de la competencia de las exportaciones colombianas”, afirmó Enrique Daza de Cedetrabajo. 

“Uno de los supuestos del TLC era incluir una serie de observaciones alrededor de derechos laborales y ambientales, sin embargo, nadie se ocupa de la aspersión, la cantidad de glifosato y otros agrotóxicos utilizados en la gigantesca producción agroindustrial de todos nuestros países”, dijo Manuel Castro de Ecuador Decide Mejor Sin TLC.

Ana Romero de RedGE recordó que el artículo 277, del capítulo sobre Desarrollo Sostenible, coloca, indica que “ninguna parte incentivará el comercio o la inversión mediante la reducción de niveles de protección existente en las leyes”.

Otro aspecto de este capítulo, estuvo referido a la participación de la Sociedad Civil que es muy limitada por parte de los funcionarios de gobierno.

“Este capítulo es un adorno que da tranquilidad a algunos sectores verdes demócratas de Europa. Las recomendaciones de Sociedad Civil, a través de los comités consultivos internos de vigilancia, no son tomadas en cuenta, ni atendidas por el gobierno”, declaró Enrique Daza.

Ana Romero de la RedGE Perú, añadió que, en estos procesos de vigilancia, el gobierno aparta a la Sociedad Civil. “Sociedad Civil ha desarrollado diversos análisis y recomendaciones que han sido derivados al gobierno. Pero ello no ha significado que la participación sea real y vinculante”, indicó.

Manuel Castro, representante de la Red Ecuador Decide Mejor sin TLC remarcó que el conflicto que la región enfrenta alrededor de los tratados comerciales, es un conflicto más que deviene con el modelo capitalista. “Los TLC son una herramienta relativamente nueva y más afinada”, indicó.

Para el Director Ejecutivo de Cedetrabajo el impacto del TLC UE no se puede medir por sí solo, sino de manera conjunta con los demás tratados, que son desiguales. “Se tratan de acuerdos donde países desarrollados imponen, a países atrasados, una cantidad de condiciones asimétricas”, señaló.

Ana Romero, Coordinadora Ejecutiva de la Red Peruana por una Globalización con Equidad (RedGE), dijo que los TLC solo han afianzado –en cada gobierno peruano – una política comercial basada en el blindaje a la gran inversión extranjera, sin una visión de derechos ambientales, laborales y de poblaciones vulnerables como los pueblos indígenas.
 

Presentación

Las organizaciones de Sociedad Civil: Ecuador Decide Mejor Sin TLC, Cedetrabajo (Colombia) y RedGE (Perú) presentaron resultados de sus investigaciones acerca de los resultados adversos que el tratado ha traído para estos países latinoamericanos. Durante sus participaciones en la la mesa redonda “TLC UE: una mirada de los impactos desde la región”, una de las grandes conclusiones es que estos tres países siguen enmarcados el modelo exportador primario de años anteriores a este TLC. Este y otros hallazgos fueron publicados en tres reportes diferentes, con el apoyo de la Plataforma América Latina Mejor sin TLC y Powershift.

 

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Carta a congresistas sobre solicitud de reunión para dialogar en torno a la política de apertura comercial en el Perú

Ubicación
Publicaciones y Biblioteca Virtual

Organizaciones de Sociedad Civil enviaron una solicitud de reunión a los 130 congresistas de la República, a fin de dialogar sobre los impactos positivos y negativos del comercio internacional.

Carta a ministro de Comercio Exterior para dialogar en torno a la política de apertura comercial en el Perú

Ubicación
Publicaciones y Biblioteca Virtual

Organizaciones de Sociedad Civil solicitaron una reunión con el Ministro de Comercio Exterior y Turismo, Roberto Sánchez Palomino, a fin de dialogar sobre los impactos positivos y negativos del comercio internacional.

Declaración de representantes de la Sociedad Civil de la Unión Europea y Colombia, Ecuador y Perú

Fecha de publicación
Ciudad
Lima

Representantes de la sociedad civil de la Unión Europea, Colombia, Ecuador y Perú, publicaron este declaración luego de la Sesión Pública del Subcomité de Comercio y Desarrollo Sostenible en el marco del Acuerdo Comercial entre el Perú, Colombia y Ecuador, y la UE.

Carta sobre solicitud de reunión y entrega de Documento sobre ISDS

Ubicación
Publicaciones y Biblioteca Virtual
Autor(es)
Red Peruana por una Globalización con Equidad - RedGE

Carta de solicitud de reunión y entrega de Documento sobre ISDS: El régimen de protección de inversiones y sus impactos en Perú. Se le alcanzó a los ministros de Estado, un análisis sobre la política de apertura comercial en el Perú. Y es que nuestro país lleva firmados más de 20 acuerdos comerciales de los cuales 13 permiten la resolución de controversias inversor-Estado (ISDS) ante tribunales de arbitraje internacional y otro tanto de tratados bilaterales, los mismos que han sido negociados y firmados en otros escenarios y contextos.

Política de apertura comercial ¿Dónde estamos?, ¿Hacia dónde vamos?

Perú tiene una política de apertura comercial de larga data. En nuestro país se han firmado más de veinte acuerdos de libre comercio y se siguen negociando otros, con más países. Además, anteriormente a la firma de estos acuerdos se firmaron los Tratados Bilaterales de Inversión (TBI), que incluyen una amplia protección para los inversores, otorgándoles derecho exclusivo a las empresas extranjeras a demandar a nuestro país ante tribunales de arbitraje internacional gracias a una cláusula de solución de disputas inversor-Estado (ISDS por sus siglas en inglés). Así los inversores extranjeros pueden demandarnos cuando sienten que sus ganancias se han visto afectadas negativamente. Hoy somos el cuarto país más demandado de América Latina y El Caribe; y entre el 2019 y 2020 fuimos el país más demandado del mundo, con seis demandas y un número similar como amenazas.

El Perú tiene 27 TBI vigentes, de los cuales, 18 de ellos ya han finalizado la fase inicial de vigencia -que generalmente va de 10 a 15 años-, lo que significa que nuestro país tiene la oportunidad de denunciarlos, es decir darles fin tal como se estipula en los propios tratados. Lo que no debería significar ninguna inestabilidad para nuestro intercambio comercial. Cabe decir que con estos países –por lo menos en su mayoría- se cuenta con Tratados de Libre Comercio (TLC).

Los TLC han sido firmados como “el remedio” para nuestro país, con la permanente propaganda de la atracción de inversiones como la puerta al desarrollo. Estos acuerdos van más allá de lo comercial y han demostrado que en aras de esa atracción de inversiones se terminan flexibilizando las normativas nacionales debilitando la institucionalidad, de ahí que muchas veces estos acuerdos han sido firmados muy a pesar de la protesta de diferentes actores, incluso a pesar de las opiniones contrarias de algunos sectores del mismo gobierno, como ha sucedido.

Luego de tantos años de promover esta política de apertura comercial y de cara a un gobierno que ha manifestado en campaña y en el discurso presidencial del 28 de julio la necesidad de revisar la política de apertura comercial, vale la pena promover una evaluación de lo que ha implicado esta política, ¿quiénes han sido los ganadores y quienes los perdedores?, ¿cuál es la balanza comercial como resultado de la firma de estos acuerdos?, ¿se deben renegociar los acuerdos comerciales?, ¿necesitamos  seguir contando con los TBI? ¿por qué insistir en un capítulo de inversiones en los TLC?

A diferencia de los Tratados Bilaterales de Inversión, los acuerdos comerciales no tienen esta caducidad establecida, sin embargo, no son intocables ya que pueden ser revisados, actualizados, ajustados o incluso denunciados; pero no sirve de nada si no se tiene una visión clara de lo que han implicado hasta ahora.

Urge una evaluación objetiva de los impactos, positivos y negativos de la política de apertura comercial en la población, que además considere a los múltiples actores de la sociedad civil, la academia y otros relevantes, no se puede seguir adelante sin ello. Urge pensar en la política comercial que queremos, enmarcada en un comercio justo y con una visión de derechos.

 

Foto: MINCETUR

 

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Urge una evaluación de los impactos de la política de apertura comercial en el Perú

Hace más de dos décadas en el Perú, se viene promoviendo una política de apertura comercial que mira al comercio como la panacea y por lo tanto no se ha detenido a ver el impacto real de los tratados de libre comercio y de los tratados bilaterales de inversión que ha firmado. Ha tenido oportunidades para revertir algunos temas sensibles, como cuando China aceptó algunas recomendaciones del Informe Final del Examen Periódico Universal (EPU) en 2019, como la Recomendación 28.130 que señala promover medidas para garantizar que el desarrollo y los proyectos sean consistentes con los derechos humanos, el medio ambiente y la sostenibilidad de los recursos naturales y  la Recomendación 21.131 que señala que se debe considerar la creación de un marco legal que garantice que las actividades llevadas a cabo por las industrias no afecten de manera negativa a los derechos humanos fuera de sus fronteras.

Esto sucedió mientras Perú y China estaban en un proceso de negociación para optimizar el Tratado de Libre Comercio (TLC) que ambos países habían suscrito en 2009 y que entrara en vigencia el año siguiente. Con la aceptación de China a las recomendaciones del EPU, se abría una oportunidad para incluir un capítulo ambiental; de gran importancia para los peruanos y peruanas, sobre todo si consideramos que el grueso de la inversión China se concentra el sector extractivo minero y de hidrocarburos, lo que implica que se ven involucradas zonas de alta diversidad biológica y con presencia de comunidades indígenas; pero a pesar de las recomendaciones de la sociedad civil, no se implementó.

Cada que se negocia un acuerdo comercial en el Perú, saltan inmediatamente a la vista los esfuerzos por incluir medidas en beneficio de las grandes inversiones, como los mecanismos de protección para medicamentos, sobre la transmisión de información a través de internet o protecciones mayores en el mecanismo Inversionista-Estado y nuestro país, termina accediendo a las propuestas impuestas por los países con los que se negocia. Todo ello envuelto en un secretismo que ha venido agudizándose año tras año y sin tomar en cuenta a la sociedad civil. No es suficiente que Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (MINCETUR) convoque a reuniones informativas para exponer el proceso de las negociaciones, eso de ninguna manera valida un ejercicio participación, de transparencia e información de calidad.

Hace unos días, el 14 de julio de 2021, el Congreso de la República saliente ratificó el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP), también conocido como TPP-11, que involucra a 11 países (con la mayoría ya tenemos acuerdos comerciales firmados): Australia, Brunéi Darussalam, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Singapur, Vietnam y el Perú. Y que hasta el momento había sido firmado por siete países. Este acuerdo, como otros ya firmados, va más allá de los asuntos meramente comerciales, y refuerza un ambiente comercial a favor de la gran inversión extranjera.

Esta ratificación express sin debate y análisis real, se ha llevado a cabo de espaldas a la sociedad civil. Este proceso debía ser acompañado de una evaluación de los impactos que ha traído la apertura de la política comercial a nuestro país y de un diálogo con la sociedad civil que ha expresado, por años, su desacuerdo. El Congreso debió buscar la mejor y más amplia información, sin que el tiempo sea una prioridad, y en aras de salvaguardar los derechos de nuestras poblaciones, por encima de los intereses comerciales, se debió concertar un espacio amplio para la discusión.

Le corresponde al gobierno entrante hacer una evaluación de los impactos de la política de la apertura comercial que hasta el momento ha tenido implicancias en nuestra política interna y soberanía; asimismo, le corresponde establecer mecanismos que involucren la participación ciudadana, donde se pueda establecer que tipo de comercio queremos, las líneas rojas de las negociaciones y buscar un comercio que promueva una integración regional y no valide la agenda de los intereses de las trasnacionales afianzando un modelo de desarrollo extractivista que no coloca como prioridad en su agenda a los derechos humanos.

Foto / Publicado en: Para Amarilla

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