Transforma tu indignación, tu voto es poder

La grave crisis que vive el Perú y la urgencia de cambios. Las elecciones generales en el Perú se dan en el contexto más difícil de nuestra historia republicana. La pandemia ha impactado duramente al mundo, y especialmente a nuestro país, que, de acuerdo los datos oficiales, tiene la más alta tasa de mortalidad por Covid-19 en el mundo. La pandemia ha desnudado los problemas estructurales con los que convivimos en la República Bicentenaria, y al mismo tiempo, las mentiras con las que gobernantes y élites económicas han pretendido que hemos alcanzado el desarrollo, escondiendo la creciente desigualdad, las violencias y la depredación de la naturaleza y nuestros recursos.

La actual crisis supera largamente las desgracias vividas durante la guerra del pacífico y la del terror durante el período del conflicto armado interno.

Frente a estos hechos urge que los partidos y el Estado ponga el centro de su atención en las personas y sus necesidades. Por un Estado al servicio de la gente. Se requiere recuperar el Estado, las instituciones y la democracia para las y los peruanos, cambiando las reglas de juego y así asegurar un sistema de salud con prevención, hospitalización y oxígeno en circunstancias como la pandemia; que la economía esté al servicio de la gente y de sus necesidades, y no privilegie a unos pocos; que el Estado y las empresas garanticen empleo digno, con derechos, y no se nos someta a la precariedad e incertidumbre; los derechos de las mujeres afectadas por las múltiples violencias y desigualdades que las afectan; la igualdad que hasta hoy se les niega a las personas y comunidad TLGBIQ; transformar las condiciones de exclusión de la población afroperuana y el racismo estructural; los derechos de los pueblos indígenas hostilizados y saqueados por inmobiliarias, extractivas y el sicariato organizado.

Necesitamos enfrentar la corrupción instalada en el estado, la política y la justicia; contar con educación gratuita y de calidad; garantizar un medioambiente sano; proteger a las personas con habilidades diferentes, la libertad de expresión y el derecho a la protesta; vivir nuestra fe de modo solidario y democrático; garantizar el derecho a la ciudad con vivienda digna, espacios públicos, acceso al agua y demás servicios. Urge que el Estado, sometido a los intereses de los grupos de poder, sea recuperado para avanzar con esperanza hacia el futuro.
Los peligros del conservadurismo y autoritarismo. No permitamos el avance de grupos conservadores y autoritarios que amenazan la convivencia democrática y los derechos conquistados. No permitamos que el Congreso se convierta en el refugio de corruptos, violadores y golpistas. No permitamos que el autogolpe del 05 de abril se repita en estas elecciones presidenciales y congresales.

Hacemos un llamado a la ciudadanía para defender la democracia. Ha movilizarnos y ejercer el poder de nuestro voto para promover los grandes y urgentes cambios que necesita el país. Y abrir las posibilidades de convivir en nuestra diversidad, con reconocimiento, derechos y sin discriminaciones. Nuestro voto tiene poder, hagamos el cambio.