Observatorio de Derechos de la Naturaleza
Lima, 18 de julio de 2018
Este observatorio se presentó en Lima, en una mesa redonda convocada por RedGE y CooperAcción, compartieron la mesa Eduardo Gudynas de CLAES, Rocío Silva Santisteban, militante en temas de ambiente, derechos y feminismo, Ana Leiva, Directora de CooperAcción, Luis Hallazi, un activo abogado que trabaja sobre derechos de pueblos indígenas y miembro del IBC y Ana Romero, Coordinadora Ejecutiva de la RedGE.
Rocío Silva además integra el comité asesor del observatorio, junto a Amparo Carvajal (presidenta de la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos de Bolivia) y Gustavo Castro (mexicano que lidera la organización Otros Mundos muy activa en México y Centro América). El observatorio se apoya además en un conjunto de instituciones co-participantes que cubren un amplio espectro, incluyendo a CEDIB (Centro de Documentación e Información Bolivia), OFIS (Fundación Oficina de Investigaciones Sociales y del Desarrollo) que promueve el dialogo intercultural y la sustentabilidad en Ecuador, y el Instituto de Bioética de la Universidad Javeriana en Bogotá (Colombia), con la coordinación de CLAES (Centro Latino Americano de Ecología Social), de Uruguay.
Todos en la mesa coincidieron en la necesidad de promover ese enfoque, en entender la necesaria pluralidad de ideas que conlleva, y en la importancia de explorar otras vinculaciones con la Naturaleza. La necesidad y urgencia de ese esfuerzo no está en duda, y lo que está en marcha es una reflexión y ponderación de los distintos modos de lograrlo. Es un momento de exploración pero a la vez de urgencia ante la grave situación ambiental y social en toda América Latina.
En estos últimos años, el reconocimiento de los Derechos de la Naturaleza se está desarrollando bajo dos perspectivas. Una de ellas se basa en extender la cobertura de los derechos jurídicos, y así como son concedidos, por ejemplo, a una empresa, dar unos pasos más otorgándolos a la Naturaleza. Ese es el camino tomado por la Corte Constitucional de Colombia, la que concedió esos derechos al río Atrato en 2016, y a toda la ecoregión amazónica en 2018.
Así lo aseguró Eduardo Gudynas de CLAES, durante la presentación oficial en Lima del Observatorio de Derechos de la Naturaleza, en un evento que se realizó el 18 de julio de 2018. Según Gudynas, los dos casos, mencionados en Colombia, deben ser observados con atención desde Perú, ya que la resolución de la corte colombiana responde a problemas ambientales que también están presentes en nuestro país.
En efecto, los derechos del río Atrato fueron una respuesta a su severo deterioro, esencialmente por contaminación derivada de la minería. Los derechos para la ecoregión amazónica son la reacción a la deforestación, que ocasiona tanto una pérdida de biodiversidad como una contribución de gases invernadero al cambio climático global, y que afectarían el futuro de los colombianos.
Áñadió que la contaminación por los extractivismos y la deforestación amazónica también son graves en Perú, y por ello es necesario reflexionar si no es necesario comenzar a explorar un camino similar. Es cierto que se puede argumentar que la crisis política y judicial del país hace que se defiendan otras prioridades, pero también es importante adelantar que cualquier reforma en esos ámbitos debe incluir la dimensión ambiental. La reconstrucción de la política y la justicia necesita incluir nuevas políticas ambientales y fortalecer una justicia ecológica.
Como una contribución a ese cambio en los saberes y sentires sobre el ambiente, se está lanzando a lo largo de 2018 el “Observatorio de los Derechos de la Naturaleza”, una iniciativa que parte de la sociedad civil, y desde América Latina, con el objetivo de promover e investigar en el reconocimiento de los derechos de la Naturaleza, y a la vez, monitorear su situación en el continente, para alertar allí donde sean violados.
El observatorio parte de asumir un marco básico de los derechos de la Naturaleza, y en esta primera etapa enfocado en América Latina, y desde allí identificar las principales violaciones, especialmente aquellas vinculadas con quiebres en los derechos de las personas. No olvidemos que, por ejemplo, la destrucción de la Naturaleza está acompañada de violencia con las comunidades locales. En un futuro cercano, la iniciativa se extenderá a otros continentes y su cobertura será global.
La información sobre la iniciativa y una biblioteca con documentos y textos ya está disponible en www.naturerightswatch.com