Cusco

Taller de Expertos y Foro Público
Propuestas para transitar al postextractivismo a nivel regional en Cusco
Cusco, jueves 26 de noviembre de 2015
 
 
En la ciudad del Cusco, y con apoyo de la Fundación Friedrich Ebert, la Red Interquorum de Cusco, Derechos Humanos Sin Fronteras - Cusco y 11.11.11, la Red Peruana por una Globalización con Equidad - RedGE realizó el Taller de Expertos y Foro Público "Propuestas para transitar al postextractivismo en las regiones", en el que los expertos Martin Scurrah, consultor de RedGE; Jaime Borda Pari, representante de Derechos Humanos Sin Fronteras – Cusco; Santusa Nuñoncca Cuti, dirigenta de Espinar, afectada directa por el proyecto minero de Glencore en Tintaya Antapaccay, y Ana Romero, Coordinadora Ejecutiva de RedGE; analizaron los impactos ambientales que ya se dejan sentir en esa región, en especial por la actividad minera en las provincias de Espinar y Chumbivilcas.
 
 
 
 
 
 
Durante ambas actividades participaron miembros de diferentes comunidades campesinas de Cusco (Cotabambas, Espinar, San Andrés, Chumbivilcas), afectados directos por estas actividades, quienes dieron sus testimonios de cómo la minería está afectado a su población y de qué manera pueden buscar alternativas que no dañen su territorio. También participaron líderes locales, estudiantes de universidades, miembros de la Defensoría del Pueblo y de organizaciones sociales.
 
Taller y foro
 
Se realizó el día jueves 26 de noviembre, Martin Scurrah, resaltó, durante su exposición, que los dos ejes centrales que deben guiar a las transiciones son la defensa de los derechos humanos, es decir, la promoción y defensa del ser humano, y la defensa de los derechos de la naturaleza. Añadió que el debate de las transiciones como alternativa debe ser promovido desde las regiones y los gobiernos locales. "Estas ideas se han discutido mayormente a nivel nacional, si bien es cierto, el Gobierno Central tiene la principal responsabilidad de regular y tomar decisiones sobre los proyectos económicos extractivos grandes, la idea es ir pensando cual es el papel de las regiones y municipios porque ellos son finalmente quienes deben decidir sobre las actividades extractivas", dijo.
 
Scurrah indicó que la minería, la explotación del gas o el petróleo, la agroexportación de la costa, entre otros, son actividades que se realizan para satisfacer una demanda pese a que se está desperdiciando los recursos naturales. "Esto impacta sobre el medio ambiente y los sectores sociales, ya que tiende a centralizar las actividades económicas en grandes proyectos, que a la larga traen desigualdad, conflictos, violencia, corrupción y competencia por la tierra, el agua y los recursos naturales en general".
 
Para lograr un cambio y pasar de un extractivismo depredador a uno sensato es necesario que se aplique y cumpla las leyes ya existentes y exigir a las empresas que usen las mejores tecnologías disponibles para proteger más el medio ambiente. "Se necesita que se cumpla con la ley en temas sociales, sanitarios, laborales, establecer mecanismos efectivos de participación y comunicación ciudadana, como la aplicación de la Consulta Previa, que aún es muy débil. Tenemos que cumplir y respetar los convenios internacionales. El Perú es firmante de casi todos los convenios internacionales pero cumple con pocos, ejemplo, la implementación del SENACE".
 
Para pasar del extractivismo sensato al indispensable, debemos reducir la dependencia en general de las exportaciones, promover la calidad social y ambiental, reducir el consumismo y el materialismo, tener una calidad de vida mas austera, reduciendo el uso de energía. "Sabemos que es un debate a muy largo plazo, pero desde ya debemos ir pensando, por ejemplo, en ecoregiones con mayor liderazgo; evitar la competencia entre una región y otra; promover la participación ciudadana para tomar decisiones mas acertadas e influir en las políticas públicas nacionales".
 
Para Jaime Borda, de Derechos Humanos sin Frontera, el escenario de conflictividad se está agudizando mas en el contexto de las actividades extractivas, en ese sentido, señaló una frase que nos lleva a la reflexión de cómo está el escenario actualmente "comemos de la mina y la mina nos come a nosotros”, como una especie de complicidad de quienes aceptan la mina en su territorio.
 
Lamentó que La Oroya, sea una de las 10 ciudades mas contaminadas del mundo, y que exista gente que necesita trabajar y por ello, permite la existencia de las minas en sus comunidades. Explicó que en Cusco las comunidades campesionas ocupan el 45 por ciento de toda la región y en la mitad del terroriotiro se ha entregado concesiones mineras. "el sur es el nuevo destino de las concesiones mineras". enfatizó.
 
"A la minería no le importa las delimitaciones territoriales, ellos tienen una lógica territorial diferente, un ejemplo es la provincia de Espinar, Chumbivilcas y Cotabambas, territorio de mineras, que en los próximos años tendrá un gran impacto en términos ambientales y sociales. Una actividad extractiva genera muchos impactos negativos en el ambiente y genera conflictos sociales. En Espinar, por ejemplo, hay personas que tienen metales pesados en su organismo, pero las autoridades lo niegan y permiten que sus pobladores mueran", lamentó.
 
Sostuvo que en un escenario postextractivista necesitamos organizaciones sociales fuertes que planteen alternativas y sean capaces de cuestionar y proponer otras actividades económicas locales como el turismo.
 
Para Santusa Nuñoncca Cuti, dirigenta de Espinar, afectada directa por el proyecto minero de Glencore en Tintaya Antapaccay, la presencia de la minería en su comunidad ha afectado mucho la salud de los pobladores y de los animales de la zona. "Cuando no estaba la minería se vivía tranquilo, el agua era pura, habían truchas, ovejas, llamas, ahora que existe la mina ya no hay nada de eso, nuestros animales no aguantan la contaminación del agua. Antes no conocíamos las enfermedades, ahora los ancianos, los niños mueren de cáncer, los bebes nacen con malformaciones. Vivimos enfermos", lamentó.
 
Santusa reveló que 180 personas que viven en su comunidad tienen 17 metales pesados en la sangre, producto de la contaminación de la mina. "Nosotros reclamamos nuestros derechos pero la minera siempre dice que no tienen la culpa, que ellos no contaminan. Reclamamos que nos han quitado el agua pero nadie nos escucha, el Estado no reconoce nuestros derechos. La minera nos divide, nos hace pelear y no nos respeta".  
 
Finalmente, Ana Romero, de RedGE, resaltó que pensar en transiciones nos ubica en un camino que no es fácil, ya que no se construye de la noche a la mañana, se necesita de todas y todos para esta construcción, que involucra mirar nuestros recursos naturales que se van agotar, y que haremos en adelante.
 
"Nos cuestionamos el modelo actual, la propia palabra desarrollo, por ello pensar en alternativas nos ubica en cuestionar los propios términos que usamos, y pensar en uno nuevo. No hay que negar que la minería sigue siendo el sostén de la región pero debe haber límites vinculados al respeto a la vida. En el país hay actividades que son parte de la sostenibilidad de las regiones, por ello, la información es clave para defender nuestros derechos y territorios".
 
 
Presentaciones
 
Propuestas para Transitar al Post Extractivismo a Nivel Regional en Cusco, Martin Scurrah, ver presentación