Por: Diana Miloslavich Tupac, Flora Tristán
La pandemia del COVID-19 viene impactando de manera desigual en la vida de las mujeres, siendo ellas las más afectadas y sobre todo las más pobres. Ya la Defensoría del Pueblo ha alertado que había retrocesos por la pandemia en la atención de la violencia, la salud, la situación laboral y económica de las mujeres. El resultado de las elecciones puede generar retrocesos impensables si llegan al poder los conservadurismos expresados en la campaña electoral con propuestas lejanas para conseguir la igualdad de género y el fortalecimiento de derechos.
La pandemia de violencia de género no la vamos ganando. Ahí están los 13, 843 casos de violencia sexual el 2020. Hemos pasado este año a un registro de 3,502 denuncias. Iniciamos nuestro año con 1,397 violaciones. 955 niñas, adolescentes violadas, muchas de ellas seguirán embarazos forzados. Seguimos con un promedio de 16 niñas y adolescentes diarias
en nuestro país violadas. Al año de la pandemia teníamos 125 feminicidios, casi todos en la impunidad con una administración de justicia en manos de una mayoría jueces y fiscales que no solo los atraviesa la nula valoración de la vida de las mujeres, sino también vinculados a la corrupción y mafias criminales como la trata.
La atención prioritaria por nuestras niñas y adolescentes la vamos perdiendo. Hoy sabemos que tenemos embarazos forzados producto de la violencia sexual que se incrementaron con la pandemia. En lo que va del año, tenemos 5 casos de parto de menores de 10 años. 159 de partos de menores entre 11 y 14 años, y 9,228 partos de adolescentes entre 15 y 19 años, según el Sistema de Registro del Certificado del Nacido Vivo. El uso y reparto de métodos anticonceptivos disminuyó durante la emergencia sanitaria, la entrega los kits de emergencia para víctimas de abuso sexual y la información y el acceso al aborto terapéutico.
La pérdida acelerada del empleo femenino se calcula que llegará a 3 millones de mujeres que perderán sus empleos. La seguridad alimentaria vuelve a recaer en el trabajo voluntario de las mujeres que se han hecho cargo del 80 % de comedores populares y ollas comunes en condiciones precarias.
Las labores del cuidado se han incrementado. La “Encuesta sobre percepciones y actitudes de mujeres y hombres frente al aislamiento social obligatorio a consecuencia del COVID-19”, realizada por el MIMMP (mayo 2020), señala que, comparando con la situación previa a la pandemia, las mujeres incrementaron en 4.1 y 4.9 horas diarias el tiempo que invierten en las tareas domésticas y de cuidado.
Necesitamos un Estado que garantice el derecho a la salud, los derechos sexuales y derechos reproductivos, el derecho a la educación, a la alimentación, a una vida libre de violencias, a la igualdad de género. Necesitamos un gobierno y Congreso con el cual ganar las batallas que las mujeres en sus diversidades estamos perdiendo. No podemos permitir retrocesos en nuestros derechos. El Perú es el país globalmente más golpeado por la pandemia, los cambios profundos que necesitamos dependerán de las decisiones políticas que tomemos con nuestro voto responsable.
Foto: RPP Noticias